La dirección de MotoGp ha publicado que en 2024 los combustibles de su campeonato deberán contar con el 40% de contenido renovable. En Repsol van con los deberes hechos y están probando ya combustibles en la MotoGp de Marc Márquez, que ha rodado en el madrileño circuito del Jarama para probarlos.
Según palabras de Marc Márquez no ha notado la diferencia:
Ha sido un test positivo, ya que me sentía bien y no notaba diferencia a la hora de utilizar el biocombustible, que al final es el objetivo: Mantener un alto nivel de rendimiento. Cuando Repsol trae un producto al circuito, ya ha sido bien probado, pero siempre es importante probarlo en pista, para comprobar que los resultados no cambian por cosas como la humedad o la temperatura, que son variables que pueden afectar a la hora de buscar el máximo rendimiento. Además, es bueno intercambiar información, de modo que lo que se prueba en el centro de pruebas se corresponda con lo que sucede en la pista. Como piloto, te fijas en la respuesta del motor. Quieres que aumente limpiamente las revoluciones, que la sensación al pisar el acelerador por primera vez sea suave, y eso depende de la combustión, que a veces puede ser demasiado agresiva. En este caso, fue suave. También notas que el motor se siente bien a altas revoluciones, que es cuando alcanzas el máximo rendimiento.
Marc Márquez + Circuito de Jarama = 💦 pic.twitter.com/T5ksLz09Qy
— Chechu Lázaro (@chechulazaro) November 10, 2022
En Repsol ya producen gasolina 100% renovable para la Formula 4 francesa, y en el último Dakar, el equipo Repsol Rally Team, utilizaron un 50% de biocombustible. Ahora le toca el turno a MotoGP. Los biocombustibles avanzados que provienen de residuos de biomasa y sintéticos, que se producen mediante la captación de C02 e hidrógeno renovable.
Durante el primer semestre de 2023, Repsol pondrá en marcha la primera planta de biocombustibles avanzados de España, en Cartagena, que producirá 250.000 toneladas de combustibles renovables a partir de residuos, a la que se unirá la de Bilbao en 2024. Estas plantas juegan un papel destacado en el objetivo de Repsol de alcanzar una capacidad de producción de 1,3 millones de toneladas de combustibles renovables en 2025 y más de 2 millones en 2030, liderando así este mercado en la Península Ibérica y avanzando de forma decisiva hacia el objetivo de cero emisiones netas en 2050.